La web actual está basada en HTML, que especifica como dar formato a una página para su lectura por humanos. El HTML no puede explotarse mediante técnicas de recuperación de información para mejorar el resultado, que tiene que basarse en las palabras que forman el contenido de la página, de ahí que esté restringido a palabras clave.
En la Web Semántica, las páginas no almacenan únicamente el contenido como un conjunto de palabras sin relación en un documento, sino que también incluyen su significado y su estructura.
Estos lenguajes son mucho más ricos que el HTML y permiten, en mayor o menor medida, representar el significado y la estructura del contenido (interrelaciones entre conceptos). Esto contribuye a convertir el contenido de la web en entendible y procesable, donde se verá un cambio gradual desde el soporte, a la recuperación de información, hacia la delegación y consecución de tareas.
El problema de la sobrecarga de información puede ser abordado parcialmente añadiendo inteligencia a la web. El software puede mostrar varios niveles de comportamiento inteligente, aprendiendo qué les gusta o les disgusta a los usuarios.
La Web Semántica es una Web extendida, dotada de mayor significado en la que cualquier usuario en Internet podrá encontrar respuestas a sus preguntas de forma más rápida y sencilla gracias a una información mejor definida. Al dotar a la Web de más significado y, por lo tanto, de más semántica, se pueden obtener soluciones a problemas habituales en la búsqueda de información gracias a la utilización de una infraestructura común, mediante la cual, es posible compartir, procesar y transferir información de forma sencilla. Esta Web extendida y basada en el significado, se apoya en lenguajes universales que resuelven los problemas ocasionados por una Web carente de semántica en la que, en ocasiones, el acceso a la información se convierte en una tarea difícil y frustrante.