Cuando la Sociedad General de Autores y Editores demandó al establecimiento salmantino Birdland Jazz bar, alegando que utilizaba obras de su repertorio musical, en la calle empezaron a verse expresiones gráficas de apoyo. Hacía tiempo que las había visto, pero me faltaba una cámara para registrarlo.
Enhorabuena por la sentencia favorable al Birdlandy, por su apuesta por la música de licencias libres y ser además un local de éxito.