Me gusta la historia de Enrique Piñeiro Pérez y Santiago Más Ibáñez, dos emprendedores vigeses especialistas en carteles luminosos, que vieron una necesidad, un nicho de mercado y dieron una solución con su invento patentado, un producto que pide silencio, el silentium.
Silentium es un servicio contra la contaminación acústica, fácil de configurar, tan solo hay que marcar los decibelios permitidos en una sala desde 35 decibelios (que es casi silencio absoluto) hasta 85 decibelios (que es el ruido de una taladradora a un metro de distancia). La señal avisa de varias maneras, primero iluminándose y en segundo lugar si el ruido no cesa con avisos sonoros.
La señal ofrece distintos motivos gráficos en la señal luminosa, destinados a sus principales clientes, el ámbito hospitalario, tanatorios, bibliotecas y hasta iglesias. El próximo reto es convertirlo en un detector de las señales de los teléfonos, para lugares donde estén prohibidos como aulas escolares.
3 COMENTARIOS
En #opcionweb: : Silentium, el negocio de pedir silencio http://bit.ly/9PH94V
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Lo que está claro es que la imaginación en el mundo empresarial y en el de la publicidad es fundamental y, a veces, rentable.
Un saludo
Rentable y encima necesario.
Nela