Siempre los he tenido, pero nunca había recopilado mis tics y manías que de forma intuitiva y con el paso del tiempo he ido desarrollando y perfeccionando para aumentar la seguridad de la información. Pequeños gestos, prevenciones o alertas que me ponen a la defensiva, intentando no revelar información a personas o empresas desconocidas. No considero que sean 100% eficaces, algunos seguramente no valgan para nada, pero ayudan a calmar mi grado de paranoia y a ponérselo un poco más difícil a los estafadores.

La tarjeta de crédito es uno de los elementos más inseguros del pago electrónico, fácil de clonar o de copiar con un simple vistazo los datos necesarios para realizar un cargo, una de las primeras manías que tuve fue pagar con tarjeta de crédito solo en aquellos establecimientos de confianza o los que me permitiesen estar presente cuando se realiza la transacción. Nunca he dejado mi verdadera firma en los recibos y en los establecimientos que no pedían el DNI para comprobar mi identidad firmaba con la palabra CUIDADO, disimulada en forma de firma, claro.

Ahora que con los datáfonos inalámbricos y la obligación de introducir el pin de seguridad las transacciones son un poquito más seguras, no obstante un pín numérico de solo 4 cifras, es un sistema muy debil de contraseña de seguridad, para algo tan importante como una transacción comercial. Además, ¿Quien cambia su pin de seguridad cada cierto tiempo?

Para determindos servicios uso cibertarjetas cargadas con poco saldo o tarjetas de cuentas corrientes que no tienen mucho dinero y que notifican cualquier transacción por SMS o mail.

También con la tarjeta, para sacar dinero del cajero automático, tapo con la cartera la pulsación del pin de seguridad, a veces simulo que pulso otras teclas o incluso las pulso y luego corrijo… al finalizar la retira da dinero, tengo el tic de pasar la mano o un pañuelo por el teclado para eliminar huellas y nunca pido comprobante, solo visualizo el saldo en pantalla.

Hasta que los navegadores ofrecieron navegación segura, siempre he borrado las pistas de mi navegación, eliminado caches, cookies y no almacenando contraseñas. En algunas ocasiones uso liveCD o máquinas virtuales, en ordenadores de poca confianza o de uso común para realizar mis trabajos o conectarme a Internet. Me conecto a determinadas webs a través de proxys y evito páginas que no ofrezcan certificados de confianza con un nivel medianamente aceptable de seguridad. Con el fisco sigo prefiriendo entregar mis declaraciones en persona en lugar de usar el certificado digital.

Desgraciadamente en muchos sitios y en determinadas ocasiones tengo que usar el correo electrónico para enviar información sensible. El correo POP es el sistema de comunicación más inseguro y fácil de piratear ya que en la mayoría de las ocasiones no tiene ningún nivel de seguridad o cifrado. Sistemas como el PGP no siempre lo puedo usar y en esos casos envío la información en ficheros comprimidos cifrados y con contraseña. Contraseña que revelo en persona o si no queda más remedio vía telefónica. En ocasiones envió información a medias que completo posteriormente con otro correo o equivocada que rectifico mediante una llamada telefónica. No obstante siempre que puedo prefiero entregar documentos en mano y en papel antes de mandarlo de forma digital, que se puede copiar o robar más fácilmente.

Las llamadas publicitarias telefónicas son otro de los grandes dolores de cabeza, empresas que ofrecen mejores servicios o productos preguntando datos o confirmando los que ya tienen me ponen nervioso. Desde que en marzo de 2010 que entro en vigor la ley antispam telefónico prohibiendo este tipo de practicas y el uso de números ocultos para este fin, solo tengo que preguntar el nombre del comercial, el teléfono para llamarle y mencionarle la ley para que sean ellos los que cuelguen. Algunas compañías ofrecen medios para contactar con el defensor del cliente y denunciar este tipo de prácticas de sus comerciales asociados. Y tu ¿tienes algún tic o manía relacionada con la seguridad?